AGENCIA.- La científica, Katalin Kariko hizo posible las vacunas contra Covid-19 de los laboratorios Pfizer/BioNTech y Moderna.

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Kariko de 65 años y de origen húngaro, trabajó en la sustancia ARNm para combatir enfermedades, abrió el camino para desarrollar las vacunas contra el Covid-19, pese a que por años su trabajo pionero fue desprestigiado por académicos de Estados Unidos.  

La ahora madre de la vacuna contra el coronavirus, tuvo una obsesión por investigar el ARNm y le costó un puesto en la facultad de la Universidad de Pensilvania, que descartó la idea.

Dicha científica en los  1990’s escribió solicitudes de subvención para financiar sus investigaciones sobre el "ácido ribonucleico mensajero", moléculas genéticas que le dicen a las células qué proteínas producir, esenciales para mantener cuerpos vivos y saludables.

Por años Kariko persistió como investigadora de nivel inferior, arreglándoselas con un salario escaso, lo que consideró un punto bajo en su vida y carrera. 

Luego, Kariko junto con su colaborador principal,  Drew Weissman descubrieron que uno de los cuatro bloques de construcción del ARNm sintético estaba fallando, y pudieron superar el problema intercambiándolo por una versión modificada. Después publicaron un artículo sobre el avance en 2005.

En 2010, un grupo de investigadores de Estados Unidos fundó una empresa que compró los derechos sobre las patentes de Karikó y Weissman. 


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En ese año encontraron una nueva forma de administrar ARNm a ratones, utilizando una capa grasa llamada "nanopartículas lipídicas" que evitan que el ARNm se degrade y ayudan a colocarlo dentro de la parte correcta de las células.

Las dos innovaciones fueron claves para las vacunas contra el Covid-19 desarrolladas por Pfizer y BioNTech, donde Kariko es ahora vicepresidenta senior, así como para las inyecciones producidas por Moderna.

Ambas funcionan dando a las células humanas las instrucciones para producir una proteína de superficie del coronavirus, que simula una infección y entrena al sistema inmunológico para cuando se encuentre con el virus real.

“Nuevos tratamientos con ARNm El ARNm se degrada rápidamente y las instrucciones que le da al cuerpo no son permanentes, lo que hace que la tecnología sea una plataforma ideal para una variedad de aplicaciones”, explicó Kariko.

Cabe señalar que el ARNm entrega a las células instrucciones almacenadas en el ADN, las moléculas que transportan todo nuestro código genético.

A fines de la década de 1980, gran parte de la comunidad científica se centró en el uso de ADN para administrar terapia génica, pero Kariko creía que el ARNm también era prometedor, pues la mayoría de las enfermedades no son hereditarias,  y no necesitan soluciones que alteren permanentemente la genética.

Sin embargo, primero superó que en los experimentos con animales el ARNm sintético causaba una respuesta inflamatoria masiva, cuando el sistema inmunológico detectaba un elemento invasor y se apresuraba a combatirlo.

Karikó entiende que haya personas que tengan dudas sobre los fármacos “porque nunca se había aprobado una vacuna basada en ARN. Pero los prototipos llevan usándose más de 10 años, por ejemplo contra el cáncer, en ensayos clínicos, y han resultado seguras. El ARN mensajero que usamos tiene la misma composición que el que fabricas tú mismo, en tus propias células. Es algo completamente natural y se hace a partir de nucleótidos de plantas. No hay nada extra desconocido y no se usan células de ningún animal, ni bacterias, nada”, puntualizó.

Por último, agregó “estas vacunas nos van a sacar de esta pandemia. En verano probablemente podremos volver a la playa, a la vida normal. Y con más de 3.000 muertos diarios en Estados Unidos no me cabe duda de que la gente se va a vacunar. Especialmente los mayores”.  

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