AGENCIAS.- La policía de Guatemala trasladó a una gran parte de migrantes hacia Honduras, mismos que días antes se habían aventurado con la intención de viajar hacia Estados Unidos en busca de asilo político.

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La mayoría de migrantes desistió ante las condiciones del clima y al bloqueo por parte de militares, de acuerdo con medios locales, solo queda un pequeño grupo que busca llegar a México.

"Vamos a seguir. Nosotros nos quedamos descansando y el grupo más grande siguió, no sabemos qué pasó con ellos", explicó Olvin Suazo, un agricultor de 21 años, que viajaba rezagado junto con tres amigos de Santa Bárbara, en Honduras. "Sabemos que hay que enfrentar un peligro bárbaro, pero hay que enfrentarlo".

El Presidente de Guatemala los ve como un riesgo de contagio en plena pandemia de coronavirus y ha prometido deportarlos. Por su parte Andrés Manuel López Obrador cree que la marcha es un complot para influir en las elecciones de Estados Unidos. Y la recién formada tormenta tropical "Gamma" amenaza con lluvias torrenciales sobre su previsible ruta por el sur de México.


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El temor a una confrontación había aumentado el viernes cuando más de 100 soldados y policías guatemaltecos frenaron el avance de los migrantes, que estaban cada vez más frustrados por la falta de comida luego de caminar cientos de kilómetros.

Algunos migrantes asumieron roles improvisados de liderazgo para tratar de dialogar con las fuerzas de seguridad.

"Es que no nos pueden negar el derecho de seguir (...). Díganle a sus jefes que nos den una oportunidad", dijo un hombre, que no se identificó, a un Policía. El agente respondió que los migrantes habían ingresado al país de forma ilegal y que ellos tenían orden de regresarlos a Honduras o de, al menos, no dejarles avanzar hacia la frontera con México.

Las autoridades migratorias guatemaltecas señalaron que algunas de las 2 mil personas que integraban inicialmente la caravana habían accedido a regresar a Honduras. Los demás se dividieron en dos rutas: unos viajaron al norte hacia Peten, donde estaba el retén, y otros tomaron buses al oeste hacia la capital, la Ciudad de Guatemala.

Las caravanas de migrantes centroamericanos han cobrado cierta popularidad en los últimos años porque se considera que el viaje al norte en grupos grandes es mucho más seguro, y muchos no tienen dinero para pagar un coyote para ingresar a Estados Unidos de forma irregular.

En un primer momento contaban con la generosidad y la solidaridad de las comunidades por las que pasaban, especialmente en el sur de México, pero la situación se complicó el año pasado cuando el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a las autoridades mexicanas con imponer sanciones a todas sus exportaciones si no cortaban esos flujos. En respuesta, el Gobierno mexicano bloqueó el paso a las nuevas caravanas con miles de efectivos de la Guardia Nacional.


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