ESTADOS UNIDOS (AP).- Donald Trump publicó este lunes en el Registro Federal una regla que prohibiría a los migrantes, incluidos los niños solicitar asilo en Estados Unidos si anteriormente atravesaron otro país.

Noticias Relacionadas

De acuerdo con los documentos obtenidos por AP, esta regla entraría en vigor el martes, tiene varias excepciones: quedarían exentas las personas que han sido víctimas de un delito grave de tráfico de personas; no aplicaría a los países que no hayan firmado un tratado internacional sobre refugiados (la mayoría sí lo han hecho); y tampoco afectaría a quienes hubieran solicitado asilo en otro país pero hubieran sido rechazados.

Con este cambio, las esperanzas de los solicitantes de asilo estarían cada vez más disminuidas, sobre todo para los procedentes de Centroamérica pues para llegar a Estados Unidos habrían de atravesar al menos México.

Será en cualquier caso contestada con toda seguridad en los tribunales, puesto que el derecho al asilo está protegido por las leyes migratorias estadounidenses.

Según esta legislación, sólo se puede negar el asilo a aquellos que hayan atravesado antes “un país seguro”, es decir, donde su vida no corra peligro por su raza, religión, nacionalidad, opiniones políticas o pertenencia a un grupo social determinado (los casos que permiten asilarse en Estados Unidos), y tenga posibilidad de una protección temporal.

La decisión de qué país es seguro y cuál no corresponde al fiscal general, según esta ley. William Barr, que ocupa ese puesto, ha difundido esta mañana un comunicado en el que defiende la nueva regla como “un ejercicio legal de la autoridad aprobada por el Congreso para restringir el derecho al asilo”.

“Estados Unidos es un país generoso, pero está completamente superado por las cargas asociadas a la detención y procesamiento de cientos de miles de extranjeros en la frontera”, explica su comunicado.

Esta regla disminuirá, en su opinión, la llegada de migrantes que huyen de la pobreza y de aquellos que buscan “explotar” el sistema de asilo, asegurándose además de que nadie sea expulsado del país si puede ser torturado o perseguido por los motivos que protege la ley estadounidense.