CIUDAD DEL VATICANO.– Este martes, el segundo día de votaciones del cónclave concluyó con un acontecimiento histórico: a las 18:07 horas, el característico humo blanco emergió de la chimenea de la Capilla Sixtina, indicando que la Iglesia Católica tiene nuevo líder espiritual. Minutos después, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, se escuchó el anuncio esperado por millones alrededor del mundo: Habemus Papam.
El cardenal protodiácono Dominique Mamberti fue el encargado de proclamar la tradicional fórmula en latín:
“Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam! Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum Robertum Franciscum Cardinalem Prevost, qui sibi nomen imposuit Leonis decimi quarti”.
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Traducción: “Les anuncio con gran alegría: ¡Tenemos Papa! El Eminentísimo y Reverendísimo Señor, Robert Francis Cardenal Prevost, quien ha tomado el nombre de León XIV”.
Robert Prevost, originario de Estados Unidos y hasta ahora prefecto del Dicasterio para los Obispos, sucede al papa Francisco, fallecido el pasado 21 de abril. Su elección se dio tras alcanzar los dos tercios de votos requeridos por los 133 cardenales electores reunidos en el cónclave.
La elección de León XIV abre una nueva etapa para la Iglesia Católica. Su perfil, formación en filosofía y experiencia pastoral en América Latina y Roma serán observados con atención para definir el rumbo de su pontificado, especialmente en temas como la reforma eclesial, los abusos dentro de la Iglesia y los desafíos sociales globales.
Antes de salir al balcón y saludar al mundo, el nuevo Papa rezó en la Capilla Paulina, una tradición que antecede la bendición Urbi et Orbi. A partir de ahora, León XIV asume el ministerio petrino como Obispo de Roma y guía espiritual de más de 1,300 millones de católicos.