EL SALVADOR.- La viuda de Óscar Alberto Martínez y madre de la pequeña Angie Valeria, los dos migrantes salvadoreños que murieron ahogados en el Río Bravo en la frontera entre México y Estados Unidos, retornó este viernes a su país sin los cuerpos de su marido y de su hija.
La fotografía de este padre con su hija cuando yacían muertos boca abajo en la orilla del Río Bravo luego de tratar de cruzar para llegar a Estados Unidos, conmocionó a la comunidad internacional.
Tania Ávalos, la viuda de 21 años, llegó desde México en un vuelo comercial al Aeropuerto Internacional Monseñor Óscar Arnulfo Romero, ubicado a 45 km al sur de San Salvador, El Salvador. Estaba acompañada de un funcionario consular salvadoreño.
La mujer, recibida en la terminal aérea por Mauricio Cabrera, vicecanciller para los Salvadoreños en el Exterior, no quiso hacer declaraciones.
“La pérdida es muy grande y profunda”, explicó el viceministro, al aclarar que ella fue “enfática en expresar a nuestro gobierno que no desea (hablar con) los medios de comunicación”.
En breve declaración, Cabrera señaló que los restos de Martínez y de la niña llegarán a El Salvador “en los días próximos”, debido a que son trasladados vía terrestre desde México.
De acuerdo con la cancillería, la decisión de traer los cuerpos por vía terrestre se tomó en conjunto con la familia de las víctimas por ser más expedito y directo que por avión, debido a los trámites y cuidados que eso implica.
Vestida con un pantalón vaquero y una camiseta azul, Ávalos permaneció por un momento con el rostro sereno al lado del viceministro, mientras éste hablaba a la prensa, pero luego se apartó.
Martínez y la niña murieron ahogados el pasado domingo en el Río Bravo, cuando intentaban cruzar ilegalmente para llegar a suelo estadounidense.
Ávalos desistió de cruzar, pero observó horrorizada cuando su esposo e hija eran arrastrados por la corriente del río y se hundían en el tramo que está entre la ciudad mexicana de Matamoros y la estadounidense Brownsville.