KABUL.- Un potente coche bomba sacudió el jueves la capital de Afganistán y podía verse humo saliendo de una zona del este de Kabul, cerca del vecindario donde están la embajada de Estados Unidos, la misión Apoyo Decidido de la OTAN y otras legaciones diplomáticas. Al menos tres personas fallecieron y otras 30 resultaron heridas, dijo el director de un hospital.

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Los talibanes se atribuyeron la autoría del atentado y señalaron que atacaron a tres vehículos de “extranjeros” que intentaban ingresar a la custodiada zona de Shashdarak, donde las fuerzas de seguridad afganas tienen oficinas.

Este fue el segundo gran ataque del grupo insurgente en Kabul esta semana, coincidiendo con la visita del enviado de Washington a la ciudad para para informar a las autoridades sobre el acuerdo que alcanzó “en principio” con los talibanes para poner fin a la guerra más larga librada nunca por Estados Unidos.

El coche bomba estalló en una carretera principal destruyendo al menos 12 vehículos, y la policía selló rápidamente la zona, explicó el vocero del Ministerio del Interior, Nasrat Rahimi. Al parecer, el atentado tendría como objetivo un puesto de control en Shashdarak.

Las tres víctimas mortales y los 30 heridos fueron trasladados al cercano hospital Wazir Mohammad Akbar Khan, apuntó su director, Gul Ahmad Ayubi.

Un reportero de The Associated Press que hablaba por teléfono con la embajada estadounidense en el momento del incidente escuchó sirenas de fondo.

Un atentado suicida talibán el lunes en la noche en el este de Kabul, que según los insurgentes atacó un complejo extranjero, causó al menos 16 muertos y más de 100 heridos, casi todos ellos civiles.

Los ataques vuelven a plantear dudas tanto en Kabul como en Washington sobre los peligros de confiar en los talibanes para sellar la paz tras casi 18 años de conflicto.

El gobierno afgano expresó su preocupación acerca del pacto, que según el enviado estadounidense, Zalmay Khalilzad, solo necesita la aprobación del presidente Donald Trump.

Khalilzad explicó que 5.000 soldados estadounidenses se retirarán de cinco bases en el país en un plazo de 135 días desde la firma del acuerdo. El destacamento de Washington en el país cuenta actualmente con entre 13.000 y 14.000 soldados.

La explosión del jueves ocurrió mientras Waheed Omer, asesor del presidente afgano, hablaba con reporteros sobre los complicados días que están por venir y dijo que el pacto avanzaba “a una velocidad excesiva”.

El gobierno de Kabul manifestó en la víspera que comparte las preocupaciones planteadas por varios exembajadores estadounidenses en el país. En un comunicado conjunto, los diplomáticos advirtieron que una retirada completa y rápida de las tropas estadounidenses sin que se cumplan las condiciones impuestas a los insurgentes, como la reducción de la violencia, podría derivar en una “guerra civil total”.

Los talibanes, que están en su mejor momento desde 2001, cuando fueron derrotados en la invasión liderada por Washington, quieren que los aproximadamente 20.000 soldados de EEUU y la OTAN abandonen el país de inmediato, mientras que la Casa Blanca prevé una retirada en fases que dependerán de que los insurgentes cumplan con ciertas condiciones como una rebaja de la violencia.

Estados Unidos quiere también que los talibanes garanticen que no permitirán que Afganistán se convierta en un refugio seguro para que grupos extremistas como Al Qaeda y la filial local de Estados Islámico puedan lanzar ataques globales.

Fuente: Debate / AP