CIUDAD DE MÉXICO.- Rodrigo García Flores, conductor del Metro de la línea 12 que colapsó el pasado 3 de mayo en la alcaldía Tláhuac, da detalles del trágico hecho.

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A las 22:20 horas Rodrigo se encontraba realizando el último recorrido de su turno conduciendo el convoy con número económico 19, con dirección de Tezonco-Olivos en la línea dorada.


“Antes de llegar a la estación Olivos, siento que el tren se levanta” y al sentir el movimiento notó que los cables de la catenaria se movían y los monitores del tren indicaban corriente cortada.


De inmediato bloqueó la marcha del tren, pero este se deslizó por las vías de la estación.


Luego, Rodrigo salió de la cabina y vio humo hasta el fondo de la estación, por lo que fue a la parte de adelante del andén para comunicarse al puesto de control para informar lo sucedido a sus superiores, quienes le pidieron que tranquilizara a la gente.


“Hubo corte de corriente, vamos a desalojarlos, tranquilos, por favor”, iba diciendo a los pasajeros, cuando observó que el jefe de estación ya desalojaba gente por la parte de atrás.

El jefe de estación notificó a Rodrigo que había ocurrido un descarrilamiento, y comenzaron a desbloquear las puertas de los vagones y abrirlas manualmente.


Al llegar a la última parte, le impactó ver que faltaban “¿y lo demás dónde quedó?

"Fue algo muy impresionante que la verdad no le deseo a nadie. Es algo muy fuerte, muy duro”, expresó el conductor.


Revelan nuevo VIDEO del colapso en estructura del Metro


García Flores contó que se trasladó al último vagón y vio a tres personas inconscientes e incluso un miembro cercenado.


“En una parte había un brazo y me decía un poli '¿qué hacemos con el brazo? No mueva nada, deje que entre el personal a sacar a las personas”, detalló.


Segundos después, empezó a desalojar a la gente, “vi a un joven que estaba ahí y le dije ¿tú eres familiar?, y me respondió sí, es mi esposa; le digo quédate con ella, no te muevas de ahí”.


Por su parte, la policía auxiliar se movilizó para ayudar a los heridos entre los fierros y los escombros de la ballena desplomada, y comenzaron a preguntar si había alguien ahí.


"Entonces comenzaron a golpear por dentro y empezamos a ver por dónde sacar a la gente pero estaba todo inclinado y todo deshecho por abajo. No había por donde entrar y corríamos el riesgo de hasta colapsar más toda esa estructura y caer”, por lo que esperaron el arribo de Protección Civil para las maniobras.


Rodrigo ese mismo día fue trasladado a un hospital por una contusión en la espalda de la que se recupera en su vivienda.


Hoy, el testigo del trágico hecho que dejó 25 muertos, entre ellos un adolescente, y decenas de heridos, se considera no responsable.


Sin embargo, lamentó lo sucedido y hasta el momento, no ha sido requerido por ninguna autoridad para rendir su declaración.

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