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AGENCIAS.- Las mujeres podrán estudiar la universidad en Afganistán pero deberán hacerlo separadas por completo de los hombres, afirmaron los talibanes, que esta semana anunciaron un nuevo Gobierno interino compuesto únicamente por fundamentalistas y sin mujeres.

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Los insurgentes mantienen que no son los mismos que hace dos décadas, cuando su régimen se caracterizó por relegar a las mujeres al hogar y por su conservadora interpretación del islam, pero la comunidad internacional ha mostrado su inquietud y se mantiene vigilante.

En las últimas dos décadas, estudiantes de ambos sexos han compartido las aulas de las universidades afganas sin trabas, aunque los centros de educación primaria y secundaria continúan segregando por sexo a los alumnos.

Las estudiantes afganas solo podrán atender a cursos impartidos por profesoras, según las nuevas reglas de los talibanes, que están elaborando un nuevo currículum para la educación superior que se adapte “al islam y a la cultura afgana”.

Los talibanes buscan una segregación total entre ambos sexos, aunque como último recurso los centros podrán separar a hombres y mujeres con una cortina, de hecho hay algunos centros educativos que ya han adoptado tal medida: las mujeres a la izquierda y los hombres a la derecha, divididos por una tela.

Preocupación por violaciones de derechos humanos

La comunidad internacional ha mostrado en repetidas ocasiones su inquietud ante posibles violaciones de los derechos humanos por parte de los talibanes, y especialmente por el futuro de las mujeres en Afganistán.

La falta de diversidad en el Gobierno interino anunciado esta semana, así como la nula presencia de mujeres, las imágenes de periodistas torturados por los talibanes y la prohibición casi total de las manifestaciones han avivado estos miedos.

Este domingo, la conocida doctora Fahima Rahmati, directora de una ONG en el sur de Afganistán, denunció que los talibanes asaltaron su domicilio y detuvieron a sus tres hermanos, suscitado indignación en el país asiático.

  • “Los talibanes entraron por la fuerza en nuestra casa en plena noche. Podrían haber llamado a la puerta si necesitaban hacer una verificación, no hay armas o empleados gubernamentales en nuestra casa”, dijo la directora de la fundación Heela en un mensaje en video compartido en su página de Facebook.

Rahmati trabaja desde hace años en la provincia sureña de Kandahar, ayudando especialmente a viudas y personas desplazadas por las décadas de enfrentamientos en Afganistán, y acusó a los talibanes de buscar a empleados del Gobierno depuesto para matarlos.