AGENCIAS.- Musa de directores y empresaria, Silvia Pinal se asienta este domingo en su novena década considerada la “última diva” del cine mexicano, gracias a sus famosos personajes y por haber abierto las puertas del espectáculo nacional.
Uno de los retos más grandes de su carrera fue el trabajo que llevó a cabo junto a Luis Buñuel en películas como “Viridiana” (1961), “El ángel exterminador” (1962) y “Simón del desierto” (1965).
Estos filmes no solo supusieron para ella un desafío histriónico, sino que marcaron y mostraron parte de la personalidad de liderazgo de la actriz al buscar al polémico director de “Un perro andaluz” (1929).
El encuentro con Buñuel se dio de la mano de su primer esposo, el productor Gustavo Alatriste, quien produjo las tres cintas mencionadas, y fue cuando Pinal transmutó a un mundo intelectual y artístico.
Múltiples talentos
Además de ese carisma tan característico de la actriz, a Silvia la acompañaron en su vida más talentos que la convirtieron en un icono del espectáculo, pues si no era suficiente la belleza, la gracia y sus dotes como actriz, Pinal también destacó como cantante y bailarina.
Pinal fue una de las primeras impulsoras del teatro musical en México y ella trajo al país musicales de Broadway como “Hello, Dolly!” o “Mame“, que quedaron marcados en la memoria por su interpretación.
Aunque Pinal desarrolló una amplísima carrera en televisión y teatro, el cine es sin duda donde su plasmó su esplendor, y premios como los cinco Ariel que posee, o su llegada a Cannes con Viridiana lo demuestran.
Imparable, con 91 años de vida, la actriz sigue reinventándose en la actualidad, y se prepara para debutar en el teatro infantil musical obra de “Caperucita Roja” producida por Iván Cochegrus.