PUEBLA, PUEBLA.- Más de 4.5 millones de electores del central estado mexicano de Puebla acudirán a las urnas el domingo para elegir a su gobernador en una región envuelta en suspensos políticos y tragedias personales.

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Los habitantes de la cuarta economía del país saldrán a las calles a una tercera elección desde 2016, obligados por la muerte en un accidente aéreo ocurrido en diciembre pasado de la gobernadora del PAN, Martha Erika Alonso Hidalgo, y su esposo el senador y exgobernador Rafael Moreno Valle.

En 2016 eligieron como gobernador a José Antonio Gali Fayad, candidato externo del PAN, por un periodo de un año diez meses (febrero 2017-diciembre 2018) para homologar tres elecciones.
En julio de 2018 obtuvo el triunfo en un final cardíaco Alonso para un periodo de seis años (2018-2024), pero a 10 días de haber asumido el cargo falleció el 24 de diciembre en un percance aéreo.

“Se trata de un proceso atípico en la historia de Puebla y de México, particularmente por darse en a 10 meses de un vuelco en el ambiente político”, aseguró el director del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Iberoamericana Campus Puebla, Juan Luis Hernández Avendaño.

Ahora frente al electorado se enfrentarán tres candidatos.

Uno es Miguel Barbosa Huerta, de Morena, quien carga a cuestas ser el favorito en las encuestas con la promesa de reconciliación y paz.

Otro es el académico Enrique Cárdenas, exrector de la Universidad de las Américas Puebla, quien bajo las siglas de la coalición del PAN y PRD ha prometido continuidad a los grandes proyectos del morenovallismo, pero ahora con un sentido más humano y social.

Y Alberto Jiménez Merino, un exfuncionario estatal y federal que representa al PRI, quien ha prometido un nuevo comienzo para Puebla, lejos de pleitos políticos.

El presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, anunció que el domingo a las 23:00 horas, el organismo estará en condiciones de anunciar al ganador de la contienda.

Más allá de quién gane las elecciones, Hernández Avendaño advierte que el próximo gobernador deberá enfrentar tres grandes desafíos, el primero de los cuales es pacificar Puebla, una entidad que se había mantenido relativamente blindada de la inseguridad y que a partir del 2013 perdió el control.

Los otros son impulsar el desarrollo social y económico en todas las regiones de la entidad, pues en el pasado se concentró en la zona metropolitana de Puebla, y un desarrollo sustentable ambiental para mitigar los altos niveles de contaminación.

La muerte de Alonso y Moreno Valle sacudió a un poderoso grupo al interior del PAN que mantuvo el control de Puebla desde 2010 y dejó en la orfandad a sus seguidores.

“Es muy importante que el nuevo Gobierno tenga un contexto de legitimidad que no tuvo la gobernadora Martha Erika, y eso se da el día de la elección. Si tenemos un proceso en paz eso daría legitimidad”, dice el experto Hernández Avendaño.