NAYARIT.- La maestra de un jardín de niños en el fraccionamiento Vistas de la Cantera, en Tepic, recordó que uno de sus alumnos, de identidad reservada, era participativo, amigable.

Por ahí entre los meses de febrero o marzo su actitud fue cambiando. Por comentarios de otros niños, se enteró que el pequeño había sacado comida de un cesto de basura y, al preguntarle la razón, respondió que tenía hambre.

La docente puso al tanto a Sugey, mamá del menor.

El dos de abril, Sugey avisó a la maestra que su hijo no iría a clases durante un tiempo porque se había quemado las manos en la estufa. El 30 de abril, Día del Niño, ella fue a recoger los dulces y el pastel que correspondían al menor.

Durante la mañana del jueves 6 de junio, un doctor de guardia en urgencias de la clínica 24 del Seguro Social, fue avisado del ingreso del pequeño, con grave desnutrición y quemaduras en el cuerpo. Rato antes había convulsionado.

Cuando el médico interrogó a Sugey, ésta respondió que las quemaduras fueron producto de un accidente, cuando una cazuela con aceite cayó de la estufa sobre su hijo:

– No, mamá, me quemó Beti –corrigió el niño.

Entrevistada por policías estatales que han dado seguimiento a la dolorosa situación del menor, Sugey insistió en la versión de la cazuela con aceite caliente, pero negó que hubiera llevado a su hijo a un hospital y, en cambio, sólo le ponían pomada, en casa.

Este domingo, en la sala 3 de juicios orales fueron proyectadas varias fotografías de la víctima, evitando aquellas donde se le viera la cara, en tanto  la agencia del Ministerio Público que representó a la Fiscalía General del Estado (FGE) insistió en el dictado de la vinculación a proceso en contra de Sugey y de Beatriz, por los delitos de lesiones calificadas, y violencia familiar.

La situación de las imputadas, que han sido pareja desde octubre del 2018, es distinta. Hoy se cuestiona que Sugey no haya impedido la tortura que sufría su menor hijo, mientras que a Beatriz se achaca ser la autora material de ello: desde poner las manos del niño en las parrillas de la estufa, quemarlo con cigarros, golpearlo con cinto, patearlo, pegarle rodillazos, o calentar una espátula y quemarle la boca.

Cuando las imágenes fueron proyectadas en una pantalla, Beatriz vio una a una, sin que su expresión cambiara. A su lado izquierdo su defensor público, en el opuesto el defensor de Sugey, y ésta del otro lado.

Una imagen es especialmente muy fuerte: el brazo derecho del niño se nota muy delgado, y las costillas, marcadas.

Si las imputadas trabajaban por la noche, dejaban al niño solo y amarrado, para que no alcanzara la comida. Una de las primeras golpizas habría sido porque se comió una cocada de Beatriz.

Si Beatriz lo bañaba, era con agua fría, se dijo.

Según los datos de prueba de la Fiscalía, que fue acompañada por una procuradora de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes, así como una representante de la víctima, el pequeño presenta 34 lesiones en el cuerpo, asentándose la desnutrición severa.

Un aspecto anunciado por la procuradora es que si bien el menor continúa internado en el Seguro Social, está bajo su resguardo, y es acompañado por su abuela materna y otros familiares con los que se crió y de los que fue separado en octubre pasado.

Lo anterior ha aumentado la situación del poder que llegó a tener Beatriz sobre Sugey.

Testimoniales de familiares describen que el papá del niño dejó a Sugey antes de que naciera, por lo que creció en casa de su abuela, muy querido por todos. Sin embargo, a partir de octubre la situación cambió, puesto que Sugey se fue a vivir con Beatriz y se llevó al niño, poniendo siempre excusas para que no lo vieran, ni siquiera la mamá de ella, que lo quiere como a un hijo. Una de sus hermanas dijo que no veía a su sobrino desde finales de diciembre.

Se ha descrito que la situación del pequeño ha caído como un shock en su familia materna.

Otra situación que varios deben lamentar fue la falta de una denuncia oportuna por parte de vecinos cercanos en Vistas de la Cantera. Ahora se conoce que había quienes intuían que algo estaba pasando porque el niño salía cada vez menos y, cuando lo veían, les parecía más delgado.

La representación ministerial expresó que el menor fue expuesto a un tormento, un ensañamiento y una crueldad, a grado tal que Beatriz lo ponía a hacer ejercicio y si no lo hacía como ella esperaba, era motivo para quemarlo con cigarro.

La de este domingo fue la primera audiencia judicial en torno a tan sensible asunto, con el número de causa 1050/2019. Transcurrió durante poco más de tres horas.

Asesoradas por sus defensores públicos, las imputadas solicitaron la ampliación del término constitucional para el dictado de resolución sobre la vinculación a proceso, que resolverá el juez de control José Manuel González Zepeda.

Sugey y Beatriz permanecerán en prisión preventiva durante el tiempo que dure el juicio.

Las dos se reservaron el derecho de emitir declaración judicial.

Cabe añadir que en la carpeta de investigación sí existe la declaración de Sugey, pero no se leyó a petición de un defensor, dado que es imputada. Se explicó que le fue tomada como mamá del niño, desconociéndose entonces que tendría relación con los hechos.

Sugey, que probablemente no llega a 28 años, debe ser varios años menor que Beatriz.

Fuente: NTV / Oscar Verdín