ZACATECAS.- Menores entre 10 y 14 años asesinan a gata y amenazan a su dueña en la colonia Colinas del Padre cuarta sección, imitan al crimen organizado al dejarle una amenaza escrita.
La tarde del 16 de noviembre, Guadalupe Ortega Neri de 51 años llegó a su casa, al acercarse a la puerta vio una bolsa y pensó que alguien le había dejado basura; la abrió con cuidado y vio las patitas de su gata, Ginny.
Mariana, su hija corrió para saber lo que pasaba mientras que Guadalupe entró a ver si estaban en casa sus cinco gatos.
Al escuchar a uno de ellos maullar afuera, encontraron en la puerta una hoja con un mensaje: “Tenga su gata” junto con otras palabras y figuras obscenas en contra de Guadalupe.
Ahí, la afectada recordó que días antes había visto que unos menores intentaron atropellar a sus gatos; hace siete meses se le perdió uno negro, por lo que sospecha, también se lo mataron.
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Luego, llamó al 911 y a la Policía Ambiental de Zacatecas. Los elementos acudieron al domiclio y rescataron el cuerpo de Ginny, le dijeron que tenía un mecate atado al cuello con un tronco y se presumía que fue arrastrado hasta destrozar su cuerpo; se lo llevaron al Centro de Control Canino para realizarle la autopsia e iniciar con las investigaciones correspondientes.
Además, Guadalupe fue a denunciar el hecho ante la Fiscalía, “por hacer justicia a mi Ginny”, pero también para hacer conciencia en los menores y en su padres.
También, refirió que el escrito no deja de ser una amenaza y teme por sus demás gatos, incluso, por la integridad de su familia.
El caso ha causado gran indignación y alerta, revelaron que en la colonia a los menores les gusta infundir el temor en los demás niños.
Por su parte, especialistas en psicología, criminalística y criminología, advierten que este hecho es gravísimo y una llamada de atención para todos: autoridades, sociedad y familia, porque la reproducción de estos antivalores que dan orígenes a fenómenos criminógenos inspirados en la violencia extrema y de infundir el miedo, constata la gran descomposición del tejido social, así como la narcocultura que se ha introyectado a la niñez en los más de 15 años de guerra contra el crimen organizado.
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