TIJUANA.- Las comunidades más vulnerables son las más propensas a sufrir las peores consecuencias del cambio climático. Familias de bajos ingresos económicos, pueblos indígenas, personas con discapacidades, ancianos y niños que viven en áreas expuestas a riesgos ambientales tienen mayor dificultad para adaptarse o recuperarse de los efectos nocivos causados por este fenómeno, señaló la IQ. Jessica Castañeda Castillo, asesora técnica del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGAMX).
“Cada vez enfrentaremos fenómenos más complicados y difíciles; la gente con mayor pobreza será más afectada. Veremos migraciones por desastres naturales. Por ejemplo, ¿Qué pasaría en Baja California si de repente hubiera dengue? No estamos preparados, y eso puede suceder porque los patrones de lluvia están modificándose de manera importante. Los primeros afectados somos la población”, explicó Castañeda Castillo.
El cambio climático es considerado uno de los problemas ambientales más importantes de nuestro tiempo. Una de las manifestaciones más evidentes es el aumento de la temperatura terrestre y marina. Sin embargo, también hay otros aspectos menos conocidos, pero igualmente importantes como la seguridad alimentaria, los sistemas de salud, proliferación de vectores, la migración climática y las afectaciones en el desarrollo urbano, económico e incluso en el turismo.
“No estamos preparados, no hay una estrategia estatal. Deberíamos de tener un programa municipal. Por ejemplo, en Tijuana, el manejo de residuos sólidos urbanos no depende de la autoridad ambiental municipal, si no de la Dirección de Servicios Públicos. Las áreas verdes tampoco están en la administración ambiental. Entonces ¿Cómo hacemos para que las políticas públicas tengan un impacto o mitiguen del cambio climático? Estas deberían estar en un área ambiental, pero las tenemos separadas”, explicó
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Desde la perspectiva de la gobernanza, el cambio climático es un tema complejo, encajonado en autoridades ambientales de los tres niveles de gobierno que no han podido implementar políticas públicas transversales.
“¿Cómo coordinamos las funciones entre diferentes entidades de gobierno? Con una estrategia estatal que deberíamos de tener, porque así lo marca la Ley de Prevención y Mitigación de Cambio Climático de Baja California, vigente desde 2012 pero no aplicada”, destacó.
Jessica Castañeda citó una modelación realizada por El Colegio de la Frontera Norte (COLEF) que señala que el Valle de Guadalupe dejará de ser el centro de la producción de uva a causa del cambio climático.
“Para el año 2050 Valle de Guadalupe dejara de ser el centro de la producción de uva; se va a mover hacia Ojos Negros. Pensar que tenemos todo un sistema de producción de uva implica que tendríamos que empezar a hacer los movimientos ahora, para que en 2050 pudiera estar la producción en otro lugar. Hay muchos más impactos de los que alcanzamos a ver, como que haga más calor, llueva más o se nos presente un huracán donde no estamos acostumbrados, mucho menos tenemos la infraestructura”, aseguró.
La asesora técnica del CIGAMX, reconoció que mitigar el cambio climático requiere un esfuerzo conjunto y la implementación de múltiples estrategias a nivel individual, comunitario y global. Al adoptar hábitos más sostenibles, apoyar la reforestación y conservación, reducir el consumo de energía y promover la educación ambiental, podemos contribuir significativamente a la lucha contra el cambio climático y asegurar un futuro más sostenible para las próximas generaciones.