AGENCIAS.- En un hecho inédito, los llamados Chapitos, hijos del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, quien fuera uno de los líderes del cártel de Sinaloa enviaron una carta al medio Milenio donde aseguran ser víctimas de persecución y niegan que produzcan o vendan droga.
De acuerdo con la carta, ellos se sienten perseguidos luego de ser señalados como los principales comercializadores de fentanilo, pues la DEA los señaló como un Cártel poderoso, letal y despiadado.
“Los Chapitos, jamás hemos producido, maquilado o comercializado fentanilo ni ninguno de sus derivados. Somos víctimas de una persecución y nos convirtieron en chivos expiatorios. Esperamos que este escrito llegue a las personas indicadas”, dice el documento enviado por José Refugio, abogado de la familia de El Chapo.
El pasado enero, los hijos del Chapo Guzmán se pusieron en la lista prioritaria de las autoridades de Estados Unidos y se ofrece una fuerte recompensa por información que conduzca al arresto y condena de los jóvenes que según la DEA fungen como miembros de alto rango del cártel de Sinaloa.
Por su parte la FGR asegura que Los Chapitos cuentan con un ejército de unos 5 mil hombres jóvenes armados con lo que controlan el tráfico de drogas en Sinaloa, Sonora, Nayarit, Chihuahua y Baja California Sur.
Tras la detención de El Chapo Guzmán en el 2016, sus hijos tomaron el control de gran parte del cártel de Sinaloa a quienes la colectividad se refiere como Los Menores, Los Chapitos o La Chapiza, se trata de Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Joaquín Guzmán López, Ovidio Guzmán López (capturado) y Jesús Alfredo Guzmán Salazar.
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El 14 de abril pasado, autoridades de Estados Unidos anunciaron una campaña para combatir al cártel de Sinaloa y su red de tráfico de fentanilo. Para el gobierno norteamericano, el liderazgo de Iván Archivaldo y Jesús Alfredo es tan fuerte que duplicaron la recompensa a 10 millones de dólares a cambio de información que ayude a localizarlos o detenerlos.
Estados Unidos duplicó la recompensa por información de Los Chapitos
Sin embargo en la reciente carta, los jóvenes se deslindan del cártel y señalan a otros grupos como los que aprovechan la marca y nombre de su padre para hacer negocio.
"Del cártel de Sinaloa no somos la cabeza ni estamos interesados en serlo, lo que sí existe es un sin número de grupos pequeños y grandes que tienen su base de operaciones en el estado o son integrantes o son integrados por personas de Sinaloa y operan en otras partes del país o incluso en otras partes del mundo. Estos grupos operan de manera totalmente independiente a los demás y no nos rinden cuentas a nosotros, ni se las solicitamos", indicaron en la carta.
“Los beneficios son incalculables para las personas y empresas que hoy en día usan nuestro nombre y apellido. Sin embargo, los perjudicados somos nosotros. En cada corrido que se escucha, en cada producto que se vende, cada nota amarillista que sale en medios y redes sociales, cada Youtuber que entrevista a ‘expertos’, nuestro nombre sale más y más afectado. Una mentira contada mil veces termina convirtiéndose en verdad”.
“Nuestro enfoque hacia ese tipo de acciones siempre ha sido la prudencia. No habíamos sentido la necesidad, ni creíamos prudente contar nuestra versión. Creíamos que callados y sin molestar a nadie disminuirían las consecuencias de la cuna en que nacimos.
“Velaremos siempre por nuestra integridad y la de nuestra familia. No elegimos estar donde estamos. Nadie puede elegir su cuna. Quisimos elegir una vida distinta con buenos estudios, lo cual nos fue negado en su tiempo a causa de la cacería hacia nuestro padre”, finalizaron.