TIJUANA.- La situación extraordinaria de distribución de combustible en la zona metropolitana de Tijuana, Tecate y Playas de Rosarito, ocasionada por un conflicto social, ha generado una importante reflexión sobre el consumo de gasolina y diésel para llevar a cabo las actividades de la vida económica y social de estos tres municipios de Baja California, expresó el IBQ. José Carmelo Zavala Álvarez, director del Centro de Innovación y Gestión Ambiental México A.C. (CIGA)

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Durante la crisis de la pandemia del Covid-19, las administraciones públicas en muchos países del mundo dieron prioridad a las actividades importantes o indispensables para el ser humano. Además de disminuir los contagios, se redujeron las emisiones de efecto invernadero y se le gano tiempo al sobregiro del planeta, “La naturaleza reconoció sus espacios, los venados salieron a la playa de Mazatlán, los coyotes en las calles de San Francisco, los delfines en Venecia”, abundó el experto en temas ambientales.

El director del CIGA México, señaló que ante la falta de abasto de combustible de los últimos días en la mayoría de las gasolineras de la zona metropolitana de Tijuana, fue visible la disminución de vehículos en la vía pública, y como consecuencia menos emisión de gases contaminantes al aire que respiramos todos.


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Entre estos, está el ozono como un contaminante secundario, producto de óxido de nitrógeno; monóxido de carbono, partículas suspendidas de 10 micras y 2.5 micras, óxidos de azufre entre otros. El 60 % de estos contaminantes que impactan a la calidad del aire en Baja California, corresponde al parque vehicular, aseguró Zavala Álvarez egresado del programa LEAD por el Colegio de México.

“El transporte público es el responsable del 80% en promedio de la contaminación del aire; aunque representa menos del 20% del parque vehicular, son vehículos de uso intensivo. Las flotillas deben de tener mejor mantenimiento porque son unidades que trabajan 20 horas y descansan cuatro; mientras los automóviles particulares trabajan cuatro y descansan 20 horas. En ese sentido, las flotillas del sector privado y de gobierno deben de ser una preocupación sobre su uso y buscar estrategias para el consumo de combustible más limpio”, puntualizó.

José Carmelo Zavala, Ingeniero bioquímico y vicepresidente nacional de Gestión Estratégica para el Desarrollo Sustentable de la Confederación de Cámaras Empresariales (CONCANACO SERVYTUR) calificó el breve desabasto de combustible en la zona metropolitana de Tijuana, como una importante oportunidad de reflexión sobre los patrones de producción y consumo.  Esto debe de incluir mejor movilidad y transporte público con combustibles más limpios.

“El parque vehicular en Baja California está cerca de los 2 millones de unidades, cerca de 1 millón circulan en Tijuana. Debemos repensar la movilidad urbana, promover mejor desarrollo urbano, uso de suelo mixto, menores necesidades de movilidad de las personas. De esta manera, viviremos en una ciudad más amigable, caminable, con menos dependencia de combustibles fósiles como la gasolina”, finalizó.