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 WASHINGTON.- Estados Unidos 'responderá firmemente'  ante cualquier ataque a Ucrania, advierte a Rusia y se necesita una “desescalada” para hallar una solución diplomática a la crisis, informó la Casa Blanca.

El presidente Joe Biden le dijo en una llamada a su homólogo,  Vladimir Putin que Estados Unidos responderá ante cualquier invasión rusa de Ucrania mientras que el ruso afirmó que sería un “error colosal” de nuevas sanciones a Moscú que podrían llevar a una “ruptura completa” de relaciones.  En 2014 Moscú anexionó la península de Crimea.

Durante una llamada de 50 minutos, Biden “dejó claro que Estados Unidos y sus aliados y socios responderán firmemente si Rusia invade más Ucrania”, afirmó su portavoz, Jen Psaki.

Biden respaldó los esfuerzos diplomáticos, “comenzando a principios del próximo año con el Diálogo de Estabilidad Estratégica Bilateral, en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) a través del Consejo con Rusia, y en la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa”.

“El presidente Biden reiteró que los avances sustanciales en estos diálogos solo pueden ocurrir en un entorno de desescalada y no de escalada”, agregó. 


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La llamada que se coordinó a petición de Moscú, es el segundo contacto directo entre los presidentes este mes. 

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, anticipó que se discutirían “una serie de asuntos actuales vinculados con las consultas previstas para los días 10, 11 y 12” de enero.

En Moscú, Yuri Ushakov, asesor diplomático del Kremlin, dijo que la discusión entre Biden y Putin fue “franca” y “concreta”.

Por su parte, Putin alertó que la imposición de sanciones podría conducir a una “completa ruptura” de los vínculos entre Rusia y Occidente.

El presidente ruso está “satisfecho” de la llamada, pero advirtió a Biden de la necesidad de un resultado positivo para Moscú en las próximas conversaciones sobre seguridad, que no podían durar indefinidamente.

Cabe señalar que este mes Rusia lanzó exigencias para resolver las tensiones en Ucrania, que incluían garantías de que la OTAN no se expandiría más hacia sus fronteras y de no construir nuevas bases militares estadounidenses en los países de la antigua Unión Soviética, que Moscú considera su zona de influencia.

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