AGENCIAS.- Le llaman el “El Descuartizador de Chihuahua” y es un sujeto que violaba y desmembraba exclusivamente a hombres en ese estado norteño.
Andrés Ulises Castillo Villarreal y/o Ulises Andrés Castillo Villagrán, de 35 años, confesó haber cometido por lo menos 12 homicidios entre 2009 y 2015 y haber violado a otros dos hombres, por lo que fue bautizado como “El Descuartizador de Chihuahua” o “El Descuartizador de Desarrollo Urbano”, porque era la colonia en la que operaba.
Las investigaciones iniciaron el 17 de noviembre de 2015 con la localización de extremidades inferiores humanas en el patio de una casa abandonada en la colonia Desarrollo Urbano. Dos días después se hallaron otros restos humanos.
Tres víctimas identificadas
La primera víctima fue identificada como Lorenzo Olivas Barrios de 22 años, originario de la ciudad de Delicias en el mismo estado de Chihuahua, quien trabajaba en una empresa de alimentos. Vivía con unos familiares en la colonia Vista Hermosa y desapareció el 13 de noviembre de 2015.
Esa noche le dijo a un pariente que saldría a comprar “algo de cena”, pero no volvió. Tres días después, el 16 de noviembre, sus familiares denunciaron su desaparición; no tendrían noticias de él hasta el 17 de noviembre de 2015 cuando la aparición de los restos desmembrados de un hombre fue reportada por vecinos de la Colonia Desarrollo Urbano.
Los brazos y piernas fueron hallados dentro de una casa abandonada sobre las calles Novena y San Abel.
Dos días después se encontró el torso y la cabeza a una calle de la casa, sobre las calles Once y Álamos, estaban parcialmente escondidos dentro de una llanta de camión en el fondo de un arroyo seco, arriba de los restos se encontró la mitad delantera de un triciclo para niños.
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Tras las investigaciones se pudo determinar que Lorenzo acudió a un bar donde conoció a Andrés Ulises a quien acompañó a su casa, tras consumir metanfetaminas lo agredió, violó y asesinó golpeándole la cabeza con un martillo hasta destrozarle el cráneo.
Descuartizó el cuerpo y junto con un adolescente, a quien tenía amenazado, tiró el cuerpo. Regresaron al domicilio, limpiaron y pintaron las paredes manchadas con sangre.
Luego hubo otra víctima también de 22 años identificado como Daniel Rodríguez cuyos restos fueron dejados en el mismo arroyo donde dejaron los de la primera víctima.
La tercera víctima era hermano de un amigo
La tercera víctima confirmada de Castillo Villarreal fue identificada como Fernando Valles Gandarilla, quien era hermano de un amigo del homicida Jesús Valles a quien Fernando cuidaba porque había perdido ambas piernas en un accidente.
Jesús declararía que sabía que su hermano había visitado a Andrés antes de desaparecer, pero éste le dijo que su hermano se había marchado de su casa y no sabía dónde estaba, Jesús le creyó, pensó que su hermano simplemente lo había “abandonado”.
Andrés drogó, violó y mató a golpes a Fernando Valles Gandarilla en la misma casa donde había matado a Daniel Rodríguez. El cuerpo de Fernando Valles fue encontrado el 18 de diciembre de 2015 debajo del piso de la habitación de Andrés, que cubrió con rocas y cemento, tenía el cráneo y el rostro destrozados.
Alto grado de brutalidad en los homicidios
El fiscal general de Chihuahua, Jorge González Nicolás, informó en su momento que los homicidios fueron cometidos con alto grado de brutalidad, “de carácter sexual y con consumo de droga conocida como cristal”.
En las viviendas que habitó “El Descuartizador de Chihuahua” se encontraron cobijas y trapos en los que estaban enredados los cuerpos, bolsas de polietileno con extremidades, manchas de sangre, la pintura con la que trató de cubrir huellas, guantes de látex, juguetes infantiles que dejó junto a los cadáveres, una carretilla, una credencial con fotografía de una empresa de seguridad privada a nombre de Andrés Ulises Castillo, una segueta y un par de zapatos negros, todo con manchas de sangre.
Andrés fue catalogado como un psicópata y sádico clásico que pudieron derivar de su propia experiencia durante su infancia.
En opinión del fiscal Nicolás González el que todas sus víctimas hayan sido hombres y la forma en que cometió los asesinatos son una muestra de la “carga emocional” que los abusos representaban para él.
Revivió los abusos sexuales de los que él fue objeto
Según hipótesis de los perfiladores criminales Andrés Castillo Villarreal, quien se dedicaba a la albañilería, habría estado reviviendo los abusos sexuales vividos en su niñez con cambio de roles, en donde él ya no era la víctima indefensa, sino que el victimario con el poder absoluto.
Dentro del modus operandi, “El Descuartizador de Chihuahua” destaca por sus conductas obsesivas como el hecho de que usó una misma segueta en cada uno de los homicidios y sobre todo, el comportamiento ritualista de dejar juguetes al lado de los cuerpos, según hipótesis de los especialistas de la fiscalía estos juguetes representaban “los regalos que él pudo haber recibido de niño”.
Fue condenado a 120 años de prisión.
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