ROSARITO.- Las adicciones se han convertido en una problemática social de proporciones alarmantes. No se trata únicamente de las sustancias ilegales; el alcohol, el tabaco y, más recientemente, las adicciones comportamentales como el juego en línea y las redes sociales, están afectando a nuestras comunidades, expresó la CPMI. Lorena Meléndez Yáñez, presidenta de la Fundación Manos Unidas por Rosarito A.C.

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“Es fundamental que, desde edades tempranas, los niños y adolescentes reciban información clara y veraz sobre los riesgos asociados al consumo de sustancias y conductas adictivas. Programas educativos bien diseñados pueden inculcar en los jóvenes la capacidad de tomar decisiones informadas y responsables”, señaló Meléndez Yáñez.

El consumo de drogas ilícitas en menores puede causar daños irreparables en su salud física. Los adolescentes están en una etapa crucial de su desarrollo, y la introducción de sustancias tóxicas puede interrumpir el crecimiento normal del cerebro y el cuerpo. Problemas como trastornos del sueño, pérdida de peso y debilitamiento del sistema inmunológico son solo algunas de las consecuencias físicas inmediatas.

La familia juega un papel insustituible en la prevención de adicciones. Un entorno familiar estable, comunicativo y afectuoso puede actuar como un escudo protector. “Es vital que los padres se mantengan informados sobre las problemáticas actuales y mantengan un diálogo abierto y sin juicios con sus hijos”, agregó.


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En términos de salud mental, el impacto es igualmente devastador. El uso de drogas puede exacerbar o desencadenar trastornos mentales como la depresión, la ansiedad y la psicosis. Además, los adolescentes que consumen drogas tienen un mayor riesgo de desarrollar adicciones a largo plazo, lo que puede perpetuar un ciclo de abuso y dependencia que es difícil de romper.

Durante el Seminario de Prevención a Mujeres de Playas de Rosarito, se destacó la importancia de la prevención y la promoción de estilos de vida saludables, y el apoyo a las personas en proceso de recuperación, acciones que pueden marcar una diferencia significativa.

“La prevención de adicciones es una tarea que nos concierne a todos. Desde la educación temprana hasta el apoyo comunitario y las políticas gubernamentales, cada eslabón de la sociedad tiene un rol que desempeñar. En la fundación estamos seguros de que se puede construir un entorno más seguro y saludable para nuestros jóvenes, asegurando un futuro prometedor para las generaciones venideras”, abundó la presidenta de la Fundación Manos Unidas por Rosarito A.C.

Otro de los efectos negativos del consumo de drogas entre menores estudiantes es la falta de concentración, la pérdida de interés en los estudios y el aumento del ausentismo escolar. Esto no solo disminuye sus oportunidades educativas, sino que también limita sus posibilidades de alcanzar un futuro próspero y satisfactorio.

“En este esfuerzo conjunto, la empatía, la comprensión y el apoyo mutuo son nuestras herramientas más poderosas. No es solo una cuestión de prevenir adicciones, sino de construir una sociedad más fuerte y resiliente. También es de suma importancia el acercamiento con las autoridades y denunciar situaciones que pongan en riesgo a nuestros jóvenes”, explicó.

El consumo de drogas ilícitas en menores es una problemática compleja y devastadora que requiere una respuesta integral y compasiva. Al abordar las raíces de este problema y proporcionar el apoyo necesario, podemos proteger a nuestros jóvenes y asegurar un futuro más saludable y prometedor para todos. La inversión en la educación, la prevención y el tratamiento es una inversión en el bienestar de nuestra sociedad en su totalidad.

Personal de la Guardia Nacional, Secretaría de Seguridad Ciudadana de BC y la Coordinación de Prevención del Delito y Violencias en Baja California, aportaron información a las asistentes al Seminario de Prevención a Mujeres de Playas de Rosarito.