TIJUANA. - El Consulado General de los Estados Unidos en Tijuana, encabezado por el Cónsul General Tom Reott, acompañado de dos miembros del cuerpo de infantería de Estados Unidos asignados al Consulado, depositaron una ofrenda floral en la estatua de Abraham Lincoln en Tijuana para celebrar la conmemoración del Día de los Presidentes en Estados Unidos y la perdurable amistad entre Estados Unidos y México.

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De la misma manera, el Cónsul General de México en San Diego Carlos González Gutiérrez depositó una ofrenda floral en la estatua de Benito Juárez en San Diego, acompañado de Javier Gómez, Director de Asuntos Globales en representación del alcalde de San Diego.

Los actos conmemorativos en las dos estatuas, que se celebran en el marco del 200 aniversario de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y México, fueron impulsados por la Asociación Histórica de la Casa Blanca, un socio no partidista y sin fines de lucro, fundado por la ex Primera Dama de Estados Unidos Jacqueline Kennedy en 1961.

El Día de los Presidentes, establecido originalmente en 1885, rinde homenaje a los presidentes de Estados Unidos desde el pasado hasta la actualidad, pero especialmente celebra al padre fundador de Estados Unidos George Washington y a Abraham Lincoln, quienes celebran sus cumpleaños en el mes de febrero.

Las ceremonias paralelas de colocación de coronas honraron los monumentos presidenciales con un profundo significado para las relaciones entre México y Estados Unidos. A principios de la década de 1980, el Presidente estadounidense Ronald Reagan y el Presidente mexicano José López Portillo acordaron un intercambio de estatuas para refrendar las relaciones entre sus países y, al hacerlo, decidieron honrar la gran amistad a distancia entre los Presidentes Abraham Lincoln y Benito Juárez.


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Los dos presidentes del siglo XIX mantuvieron relaciones favorables y de apoyo mutuo a lo largo de los turbulentos años de la Guerra Civil estadounidense y la invasión francesa de México.

Las estatuas de ambos presidentes se convirtieron en un símbolo de la duradera amistad entre las dos naciones. Estados Unidos encomendó al escultor mexicano Humberto Peraza Ojeda la escultura del Presidente Lincoln, sosteniendo unas cadenas rotas, símbolo de su cruzada para acabar con la esclavitud, que culminó con la Proclamación de la Emancipación. Con nueve metros de altura, su estatua yergue en el Paseo de los Héroes, como uno de los héroes honrados a lo largo de esta concurrida avenida de la Zona Río de Tijuana, y al cual fue inaugurada el 21 de junio de 1981.

México obsequió a Estados Unidos una estatua de bronce de Benito Juárez, esculpida por el artista Ernesto Tamariz. La estatua fue colocada en uno de los parques más antiguos de San Diego, el Parque Pantoja, el 18 de junio de 1981.

"Abraham Lincoln y Benito Juárez comparten vínculos entre sí y muy profundas semejanzas", dijo el Cónsul General Tom Reott. "El ejemplo de liderazgo y justicia de Lincoln durante los momentos más oscuros de la Guerra Civil estadounidense nos inspira, al igual que Juárez es admirado por ser la primera persona de origen indígena que lideró una nación americana tras su independencia del dominio colonial europeo, y por su incansable lucha en defensa de México contra los intervencionistas franceses durante sus mandatos como Presidente de México. Al colocar estas ofrendas florales, reconocemos sus ejemplos de civismo y humanidad, y recordamos la profunda amistad binacional que ha unido a nuestros países durante los últimos 200 años".