NUEVA YORK.– Más allá de las cerca de 3 mil personas fallecidas y más de 6 mil heridas en el derrumbe del World Trade Center, Nueva York no ha terminado de contar aún a las personas enfermas de cáncer y otros males graves, sobre todo de pulmón, ligadas a la nube tóxica que estuvo durante semanas sobre el sur de la isla. 

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Miles de bomberos, rescatistas y voluntarios movilizados hacia donde se erigían las Torres, fueron los primeros afectados. En 2011, un estudio publicado en la revista The Lancet mostraba que estas personas se enfrentaban riesgos de padecer cáncer. Un censo del WTC Health Program, un programa federal de salud reservado a los sobrevivientes de los atentados, dio cuenta de cáncer en 10 mil de ellos. 

A fines de junio pasado, más de 21 mil afectados se registraron en el programa de salud, dos veces más que en junio de 2016. Y de esos, cerca de 4 mil fueron diagnosticados con un cáncer, sobre todo de próstata, seno o piel. 

En este contexto, el presidente Trump postergó de 2020 a 2090 la fecha límite para presentar demandas ante un fondo federal de indemnización. 

Fuente: El Gráfico