Con la proliferación y consolidación de Internet, las estafas y el fraude se han trasladado también al entorno digital. Son muchas las personas que usan a diario sus dispositivos para conectarse y hacer operaciones delicadas como compras, transacciones económicas o entregar nuestros datos personales a terceros. Por todo esto, es más necesario que nunca prestar especial atención a las páginas web en las que entramos y saber a quién le damos toda esta información muy valiosa. A continuación, desvelaremos algunos detalles que tener en cuenta cuando usamos las redes.

Una de las evidencias que podemos detectar a simple golpe de vista está en la URL del sitio web. Si no mantiene el habitual ‘https’, no está ofreciendo los estándares de protección. También es recomendable fijarse, independientemente del tiempo del que se disponga, en los “Términos y condiciones”. Normalmente estos se ofrecen antes de registrarse en páginas, sobre todo en sitios con fines comerciales como tiendas online o aplicaciones para smartphone.

Si hay un sector que está haciendo grandes avances en cuanto a seguridad digital y sirve de modelo para varias industrias, es el del entretenimiento online. Algunos ejemplos de ello son la conocida plataforma de videojuegos Steam y sus recomendaciones de seguridad, las cuales incluyen el uso del sistema de autenticación de doble factor virtual y contraseñas complejas o la sala de poker online PokerStars, la cual permite el uso del token y pin de seguridad RSA, es decir, de un dispositivo físico que muestra un código que se actualiza cada 60 segundos y es necesario cada vez que se inicia sesión.

Sentido común y predisposición

En numerosas ocasiones, cuando un usuario entra en una página web, aparece una ventana emergente que invita a aceptar las cookies. Normalmente se aceptan sin mirar las condiciones ni qué información quieren conseguir de nosotros a cambio. Sería recomendable que, antes de acceder a ello, se leyeran todos los detalles las opciones de privacidad que ofrecen la mayoría de los navegadores. Ir rápido no son todo ventajas.

También es de sentido común no descargar archivos de sitios que no sean de plena confianza. Antes de tomar esta decisión, cabe asegurarse que el sitio web o aplicación están verificados. Hay verdaderos especialistas en replicar informaciones con finalidades de hacerse con información y datos de otros usuarios. Reducir las descargas a aquellas esenciales y de confianza puede ser un punto a favor en cuanto a seguridad.

Otra manera de proteger nuestras cuentas se presenta en el momento de comprar o realizar una transacción. Son muchas las operaciones que realizamos en la red y hay especialistas que recomiendan usar plataformas intermedias de pago, no usar directamente nuestra cuenta bancaria. Con este método, se establece una doble comprobación para realizar cada operación. Cada vez es más habitual ver cómo se piden permisos para cerrar adquisiciones online.

El trabajo previo, clave

Muchos usuarios hemos oído desde hace años que nunca debemos repetir usuarios y contraseñas en diferentes sitios web. Si se hace así, una vez descubierta una, descubiertas todas. Así pues, sería importante combinar caracteres como números, signos y letras para definir una contraseña y, no menos importante, ir modificándolas de un sitio a otro.

En relación con los sistemas operativos y a los programas, es clave ir actualizando y manteniendo al día las diferentes páginas y revisar listas de aplicaciones peligrosas. Cuanto más nueva sea la versión, más avanzado será el parche de seguridad y más problemas puede suponer para las malas intenciones de terceros. La informática hace grandes avances en este sentido y siempre es recomendable contar con las últimas novedades y no quedar anticuados. Terminamos recordando que, para ir bien, un dispositivo siempre debería contar con la contratación de un antivirus. Por un pequeño desembolso al mes, cuya cantidad depende de las coberturas y del tipo dispositivo, se garantiza la seguridad del equipo. Si existe un riesgo cuando se navega, se avisará al usuario de que se está produciendo una actividad sospechosa en el sistema. Incluso para decisiones complejas, como las instalaciones de aplicaciones, se pueden solicitar contraseñas a modo de confirmación.