AGENCIA.- ¿Cómo les irá a los humanos y animales durante el aislamiento?, es uno de los cuestionamientos ante la contingencia por coronavirus.
De acuerdo a Economist, la quinta parte del mundo está bajo encierro y aislamiento prolongado, mismo que trae soledad, ansiedad y depresión.
Las cuarentenas y el "distanciamiento social", son medidas políticas necesarias para frenar la propagación del nuevo coronavirus.
Las redes sociales y táctiles son esenciales tanto para las personas como para los primates no humanos; los babuinos hembras que tienen más compañeros de aseo o amigos exhiben niveles más bajos de cortisol, una hormona del estrés.
Si los encierros se prolongan durante meses, las personas mayores sufrirán de manera particularmente aguda
Por ello, el aislamiento afectará la salud mental incluso de aquellos que parecen estar en menos peligro por el virus: el 67% de los británicos entre las edades de 18 y 34 años dijeron que les resultaba difícil mantenerse optimistas, en comparación con el 54% de los entre las edades.
Por ello, si los encierros se prolongan durante meses, las personas mayores sufrirán de manera particularmente aguda.
Incluso antes de ser confinados a sus hogares, tenían más probabilidades de sentirse solos.
En el caso de las mujeres mayores en Europa tienen más del doble de probabilidades que los hombres de vivir solas.
Ellas, confían en ver a familiares y amigos para mantener su moral, o simplemente para una rutina.
La violencia doméstica aumenta bruscamente cuando las personas son sometidas a las tensiones que provienen de las condiciones de vida confinadas y las preocupaciones sobre su seguridad, salud y dinero, dijo Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora de la ONU Mujeres.
Según las primeras estimaciones, en algunos países bajo bloqueo la violencia doméstica podría aumentar un tercio.
Asimismo, la investigación de eventos traumáticos previos y otros tipos de aislamiento ofrece pistas sobre las posibles consecuencias de la salud mental.
Según la revista médica británica Lancet, algunos estudios sugieren que el impacto de las cuarentenas puede ser tan grave como para resultar en un diagnóstico de trastorno de estrés postraumático.
La afectación puede incluir síntomas como hipervigilancia, recuerdos y pesadillas que pueden durar años.
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Este diagnóstico psiquiátrico formal data de 1980, cuando los veteranos aún experimentaban estrés por la guerra de Vietnam que terminó en 1975.
Asimismo, otro estudio en 2013, utilizó datos para comparar los síntomas de estrés postraumático en padres y niños que habían sido puestos en cuarentena porque vivían en áreas afectadas por el SARS o el H1N1, brote de 2009.
Dicho estudio encontró que el estrés postraumático eran cuatro veces más alto en los niños que habían sido aislados.
Entre los papás que habían sido puestos en cuarentena, el 28% tuvo síntomas graves para justificar el diagnóstico de un trastorno de salud mental relacionado con el trauma, y para aquellos que no habían estado aislados, la cifra fue del 6%.
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