TIJUANA.- Los desequilibrios hormonales pueden estar presentes en las mujeres de todas las edades, lo que ocasiona algunas veces problemas femeninos de fertilidad ligados con la ovulación.

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El director del Hospital de Gineco Obstetricia (HGO) No. 7 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, César Salcido Raggi, explicó que es una reacción del funcionamiento normal de las hormonas en el cuerpo, ya que cada mes las hormonas femeninas, estrógenos y progesterona, varían en la cantidad de producción, en función de factores como: dieta, nutrición, tensión y sobretodo, ovulación.

Agregó que los síntomas llegan a ser más evidentes entre los 20 y 40 años de edad; la mayoría experimenta muestras de desequilibrio hormonal durante la etapa premenstrual, este descenso en los niveles trae consigo cambios en todo el cuerpo, inclusive en la piel, en tanto que las mucosas tienden a la sequedad, el tejido adiposo aumenta y el calcio disminuye. 


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Señaló que los síntomas incluyen ansiedad, depresión, vértigos, endometriosis, fatiga, pérdida de cabello, dolores de cabeza, incontinencia urinaria, aumento de peso, retención de agua e impulsión de sexo disminuida.

Agregó que existen otros más severos como ataques de ansiedad o de pánico, artritis, asma premenstrual y diagnosis del desequilibrio hormonal, por lo que sugirió llevar una estricta vigilancia del médico especialista.

El doctor Salcido Raggi detalló que los desórdenes de la ovulación son causados por los niveles de la prolactina y de los andrógenos -hormona de sexo masculina, que incluye la testosterona-, que son los que promueven el desarrollo de características masculinas y causa 25 por ciento de los problemas femeninos de la fertilidad.

Destacó la importancia de acudir al médico familiar para iniciar estudios en cuanto se presenten los primeros desórdenes hormonales y, de ser necesario, se enviará a la paciente con el especialista.

Resaltó que las opciones de tratamiento varían según el tipo y la condición resultante de la infertilidad, además dependen de cada mujer y la etapa que viva.

Finalmente, recomendó la práctica de actividad física periódica, evitar el alcohol y el tabaco, y llevar una dieta baja en calorías, alta en fibra y calcio.


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