AGENCIAS.- Este sábado la zona del Valle de México se fue a Semáforo Rojo debido al incremento de contagios por covid-19 y esto se ha visto reflejado en la alta demanda de ataúdes que ya vació las bodegas en la CDMX.

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En una entrevista para El Universal, Pedro Jaramillo representante legal y uno de los dueños de Litomex empresa reconocida de fabricación de ataúdes asegura que la pandemia está fuera de control en el país.

Calcula que la demanda en los últimos días se ha triplicado, lo que ha provocado que no se dé abasto para la producción de féretros en la temporada invernal.


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De acuerdo con Jaramillo al principio de la pandemia, en abril, mayo y junio, sí hubo un alza en la producción y venta de ataúdes, pero a partir de julio, agosto, septiembre, octubre y noviembre se cayó y se estancó; sin embargo, en los últimos 15 días sus bodegas se vaciaron por la alta demanda de féretros.

“Me están pidiendo las funerarias muchísimos más ataúdes. Se vaciaron mis bodegas, se supone que trabajábamos hasta el día de ayer [viernes] por la temporada decembrina, las vacaciones que tomaron para esa situación, pero no vamos a poder hacerlo. Sí está saturado y descontrolado, la demanda es excesiva y no podemos con ella”, define.

En diciembre incrementa mortandad en los mexicanos

Jaramillo explica que normalmente en la época decembrina, con todo y el incremento en la tasa de mortandad en los mexicanos, produce mil ataúdes, aunque planea elaborar 2 mil o hasta 3 mil féretros en esta época. “Si produjéramos el triple, yo creo que apenas estaríamos en condiciones de surtir la demanda.

Es necesaria la capacitación al personal para la producción de ataúdes, dice Jaramillo.

“Se fabrican alrededor de mil ataúdes mensuales, ahorita necesitaríamos 2 mil o 3 mil tal vez, pero no es fácil hacer un incremento en la producción en esas condiciones, además de que hay un problema adicional severo: las materias primas, la madera y el acero, tiene una problemática de meses, no hay acero”, asegura.

El incremento en las peticiones de ataúdes se debe a la época normal de invierno, a la nostalgia que provoca y a las muertes por Covid, pues explica que si antes no eran permitidas las inhumaciones, ahora sí, incluso, la saturación en los crematorios ha llevado a los familiares de los muertos por la pandemia a sepultar a sus seres queridos.

Recuerda que al principio de la pandemia había mucho desconocimiento del tema, pero con el paso del tiempo se han descubierto otras técnicas de tratamiento o paliativos, además de que la gente ha hecho conciencia de lo que se debe y no hacer.

“Al principio, al tener un desconocimiento total, únicamente se autorizaba la cremación, al ser insuficiente se autoriza lo demás, pero cuando pasa el tiempo se sabe que no es un impedimento la inhumación como alternativa natural y así está ocurriendo, inhumar o cremar en tema de Covid, finalmente es lo mismo”.

Marchas forzadas

Jaramillo reconoce que la petición desmedida de los féretros lo tomó por sorpresa porque estaban llenos sus almacenes, pero ya no pueden corregir en la contratación de más personal, porque se le debe capacitar para que trabaje en la producción, pero bajo las medidas sanitarias no es muy posible que le cierren su negocio.

“Nos agarró en curva, estábamos llenos, almacén lleno, no es posible a estas alturas conseguir mayor personal, no es posible capacitarlo, no es así. Lo que teníamos de ventaja eran bodegas llenas, pero ya se vaciaron y no podemos más que hacer lo que está a nuestro alcance”, describe.


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