Lo primero que solemos pensar cuando vemos una bandera multicolor como la de la imagen es que se trata del emblema del movimiento gay en todo el mundo. Cabe la posibilidad de que estemos equivocados, porque no es el único colectivo que ondea al viento los colores del arcoíris.
Si contamos seis franjas de colores en el orden rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta, estamos ante una apología de la libertad sexual, pero si contamos una franja más de color celeste, se trata entonces de la bandera de la paz (rojo abajo) o de la bandera en recuerdo del imperio inca (rojo arriba). No son las únicas banderas que pueden llevarnos a error: existe una larga lista de estandartes que imitan la gama cromática del arcoíris.
La bandera gay nació para reivindicar del movimiento homosexual en EE.UU., aunque más tarde se hizo extensible a toda la comunidad LGTB, que engloba las orientaciones sexuales mayoritarias (gays, lesbianas, bisexuales, transexuales) y también pretende incluir las menos conocidas (pansexuales, intersexuales…).
La bandera fue ideada por el artista Gilbert Baker en 1978 a petición de la organización de la marcha del orgullo gay en California. El diseño de Baker se inspira, según dicen, en la canción “Over the Rainbow” de Judy Garland.
La versión original de la bandera tenía ocho franjas, pero poco después se suprimieron los colores rosa y celeste debido a la dificultad de producción. Cada tonalidad tiene un significado: rosa, sexo; rojo, vida; naranja, curación; amarillo, luz del sol; verde, naturaleza; azul, arte; celeste, armonía; y violeta, espíritu humano.